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"… para parar las aguas del olvido."

Correo Electrónico y Prevención de Riesgos

¿Quién no tiene hoy en día una cuenta de correo electrónico? Está bien, acepto que hay personas que se resisten a ello por los motivos que sean pero el número de usuarios del correo electrónico es absolutamente masivo. Lástima que ese uso no sea siempre un uso informado y sensato. La inmensa mayoría de usuarios de correo electrónico cree que basta con abrir una cuenta en cualquiera de los proveedores que las ofrecen gratuitamente, ya sea Yahoo, Hotmail o, el cada vez más omnipresente, Gmail; y a partir de ahí todo se reduce a redactar los correos que queremos enviar y leer los que nos envían otras personas.

En un mundo ideal eso sería, sin duda alguna, así;  ya que nadie se metería en la cuenta de otra persona ni aprovecharía la buena fe o la ignorancia del prójimo para propagar virus, gusanos, troyanos y otras infecciones por el estilo. Pero resulta que este mundo en qué vivimos no es perfecto y hay personas que se dedican a estas cosas tan poco agradables para el que las sufre, de ahí que sea necesario tomar algunas precauciones que, si bien no pueden garantiza al cien por cien que nos veamos libres de problemas, al menos minimizarán los riesgos y pondrán más difícil cualquier intento de engaño. Los consejos no son nuevos pero no viene mal recordarlos de vez en cuando y ese es el objetivo de esta nota.

La prudencia es la base de cualquier actuación segura, ni con temor ni temerariamente, reza un lema latino. No es necesario renunciar a los avances tecnológicos por temor a los contagios malintencionados pero tampoco es inteligente negar que existen riesgos a causa de la pésima utilización que algunas personas hacen del conocimiento que poseen. A más de esto hay una serie de normas que deberían ser conocidas y seguidas por todos aquellos que poseen una cuenta de correo electrónico.

  • Utiliza contraseñas seguras y cámbialas regularmente. Utiliza claves con más de ocho dígitos, que sean, al menos, alfanuméricas y si es posible utiliza también otros signos del teclado. Lo ideal sería que utilizaras contraseñas aleatorias y por supuesto, no utilices la misma clave para todo. Si tienes muchas puedes utilizar Clipperz para almacenarlas en línea. Eso sí, asegúrate que la clave de Clipperz es lo suficientemente robusta y compleja. Anótala en alguna libreta segura y recuerda que si la pierdes perderás el resto de las claves.
  • Asegúrate de que la pregunta para recuperar tu clave en caso de olvido sólo puedas responderla tú. Si el número de preguntas es limitado no utilices ese mecanismo de recuperación de contraseña.
  • Asegúrate que durante el proceso de direccionamiento, cuando estás entrando a tu cuenta e introduces tus datos claves, la información esté cifrada y en el navegador aparecen las siglas https, que indican que te encuentras en modo de navegación segura.
  • Limita el contenido HTML es más fácil esconder contenido malicioso entre su código.
  • Desactiva la vista previa, algunos virus se activan al aparecer el contenido sin necesidad de que se abra o descargue el mensaje o el adjunto.
  • Elimina sin abrir los mensajes sospechosos.
  • No abras ningún archivo adjunto sin haberlo analizado previamente con el antivirus, aunque provenga de una dirección conocida.
  • Mantén actualizado tu antivirus y siempre activo.
  • Utiliza un filtro anti-spam y cuando mandes correo a varios destinatarios utiliza la forma BCC/CCO.

Como he dicho nunca estarás libre al cien por cien de ser infectado o engañado pero puedes reducir las posibilidades de que ocurra y, desde luego, ponérselo más difícil a los que tratan de aprovecharse de la buena fe de los demás. Porque, ¿Quién no tiene hoy en día una cuenta de correo electrónico?

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